miércoles, 17 de febrero de 2010

A propósito del nuevo gabinete

Llevo días observando las reacciones respecto del gabinete del nuevo presidente. Entre otras cosas se ha dicho: “gabinete de los lindos”; “gabinete del retail”, “reunión de directorio”, gabinete de estoril para arriba” y cosas por el estilo. Haciendo una simple segunda lectura queda claro el prejuicio involucrado en las observaciones, además del miedo, genuino o estratégico, por lo diferente.

Se trata de un selecto grupo de personas, educada en buenos colegios y universidades chilenas y extranjeras; que salen de su cargo de altos directivos en grandes empresas, donde ganan más de dos veces lo que percibirán como ministros. Estos son hechos ciertos, indiscutibles. Al menos en el papel son competentes para el cargo asignado. Representan además el cumplimiento de la promesa respecto del cambio; están relativamente distanciados de los partidos políticos y en apariencia al menos, ajenos a quienes participaron o apoyaron declaradamente el gobierno militar. Esto es un importante punto a considerar.

Se ha dicho además que lo más probable es que suceda lo mismo que le sucedió a Alessandri con su gabinete más técnico y menos político. El fracaso garantizado, solo por eso, sería pensar que los 50 años de distancia que hay entre uno y otro gobierno, no existe.

En las críticas hay varios prejuicios; primero pensar que ser afortunado en todo ámbito es algo perverso; “nada es tan típico del subdesarrollo como la satanización del empresario, considerándolo un explotador, corruptor y enemigo de los pobres (mario vargas llosa). No quiero pensar que subyace la envidia.

Segundo, pensar que solo serán buenos gobernantes aquellos que han tenido una vida de sufrimiento y sacrificio, que si no ha pasado frío, hambre, o ropa de abrigo entonces será incapaz de gobernar adecuadamente. ¿Cuántos de nuestros gobernantes y/o políticos que han llegado a las más altas esferas de poder vienen de un origen humilde?

No imagino que exitosos profesionales del mundo de los negocios vayan a asumir su tarea aplicando las mismas técnicas utilizadas en las empresas. Cómo van a ser tan miopes de no advertir que reciben un país con una escandalosa desigualdad social y económica, que ha perdido competitividad en los rankins internacionales, que firma acuerdos de libre comercio donde pone sobre la mesa la explotación de los recursos naturales, que son finitos; con un gran conflicto con el pueblo mapuche , deficiente calidad en educación, salud, vivienda social, entre otras cosas.

Por otro lado, la inercia de estos últimos 20 años no será fácil de revertir, además el futuro gobierno sabe que tendrá grupos de oposición fuertes como los sindicatos, los estudiantes, ANDHA Chile, las asociaciones de funcionarios, que no podrán soslayar.

Tampoco creo que vayan a cometer la torpeza de hacer un gobierno pensando que los chilenos somos clientes de esta gran empresa que sería para ellos nuestro país; intentando sacar la mayor rentabilidad posible. Sería un suicidio político, debut y despedida de la derecha por otros cincuenta años. Hinspeter dijo en una entrevista que “la pobreza se puede derrotar en ocho años y la extrema pobreza en cuatro”. Haciendo un análisis simple se puede extrapolar la intención de que la derecha quiere, al menos, quedarse dos períodos. Esto no sería tan terrible si dejamos de ser pobres y nos instalamos en el grupo de los países desarrollados; a costos razonables y no privatizando hasta los malos pensamientos.

No es que crea o me guste en el modelo económico basado en la máxima productividad; dejar todo en manos del mercado, me perece perverso, Piñera no es santo de mi devoción, pero quiero creer en las buenas intenciones. Mi visión es más de largo plazo, no menos de veinte años. Si para tener un futuro esplendor debemos pasar por uno o más gobiernos de derecha, bienvenido sea. Si lo hacen mal, los chilenos tenemos la oportunidad de manifestarlo libre, soberana, y democráticamente en las urnas en cuatro años más; y esto solo será una mala experiencia; una aventura fracasada.

Finalmente solo me resta reflexionar lo siguiente: a quién no le gustaría pertenecer a esos grupos privilegiados. Vivir en barrios lindos, hijos lindos, autos lindos???. A qué mujer no le gustaría tener 45 años, tres o cuatro hijos, ser exitosa profesional con doctorados y magíster, y tener una figura comparable a la de una modelo??

A mi por lo menos, me encantaría; y a ud?

Por último; en el peor de los casos bien vale recordar a Nicanor Parra con su frase “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”,

viernes, 12 de febrero de 2010

La barrera de mis pudores

Acabo de terminar de La Barrera del Pudor de Pablo Simonetti.

Me gusta Simonetti; me parece un tipo mateo, muy bien documentado.Es capaz de generar esa sensación de intimidad y cercanía con algunos de los personajes, que por lo demás son siempre ABC1 (sin resentemientos).

En La Barrera del Pudor aborda el quiebre matrimonial de una pareja, a causa de la apatía sexual de parte del marido Aquí es la mujer la que necesita, quiere y exige abiertamente una vida sexual plena. Cosa que no todas las mujeres hacemos, por la razón que sea.
Sale Amelia, la protagonista, a buscar alternativas de ayuda, ajenas a la relación, intentando recuperar, a cualquier precio, lo perdido.

Es de rápida lectura, a pesar que a ratos se pone árido en cuanto a descripciones de jardines, flores, técnicas de riego, floraciones según la estación de año y otras yerbas; dado que la protagonista es paisajista. Debo reconocer que me salté algunos de estos párrafos; reconozco eso si, que en este caso Simonetti estudió mucho el asunto de la jardinería porque son descripciones muy contundentes y a ratos muy melancólicas. Un poco latosas para mi.

El relato es en primera persona, hecho por la protagonista. Me llama la atención la facilidad con que construye este personaje femenino, conoce bien como funciona la mente de una mujer, siempre buscándole la quinta pata al gato. Buen punto. Me sorprendió que Amelia no se rie, al menos no que yo me diera cuenta. Siempre es muy seria.

Simonetti, siempre tan elegante para escribir, tiene en esta novela algunas salidas sin nada de sutileza, al pan pan y al vino, vino; que para muchos pueden pasar inadvertidas. Forman parte del relato, están bien incorporadas, alguien podría decir que por ellas se trata de una novela de corte más "hot". Para mi no lo fue, en todo caso. Pero si, esas frases superan la barrera de mi pudor, tanto como para no pasárselo a mi santa madre y pedirle que lo lea como hacemos siempre.

Tiempo de carnaval


Ya está casi todo listo para dar inicio a la fiesta más grande del mundo: el carnaval de Río de Janeiro. Este año, en medio de una ola de calor y con polémica incluida; la posibilidad de que una niña de siete años pueda convertirse en la reina del carnaval. Premio otorgado siempre a una dama despampanante, ataviada de extra mini bikini bordado de lentejuelas. Considerando el carácter sexual y sensual que tiene los bailes y presentaciones durante el carnaval, parece inapropiada la participación de una menor. Esto lo decidirán las propias autoridades pertinentes de Brasil.


Cuesta pensar que una fiesta que se adueña de las calles por cuatro días, donde el desenfreno y el descontrol -el gobierno repartirá gratuitamente 55 millones de condones- hacen lo suyo, tenga un origen religioso. Pues así es, se realiza 40 días antes de la pascua de resurrección y da inicio al tiempo de cuaresma, en teoría tiempo de recogimiento y ayuno en países de tradición católica. Termina el miércoles de ceniza, donde se elige a la escuela ganadora.

Con los años se ha transformado en lo que es: una gran fiesta en donde la espectacularidad, creatividad, ingenio, originalidad, imaginación hacen gala en las presentaciones de las escuelas de samba. Algunas cuentan con casi 4000 integrantes y se han preparado, por meses, metódicamente en sus bailes, coreografías, vestimentas, carros alegóricos, con el objeto de hacer la mejor presentación en el sambódromo y salir campeones, todo por supuesto al ritmo de la samba.

Intentando traer la idea por estos lados, habría que construir el equivalente al sambódromo: un cuecódromo, algo así como una media luna, pero más elegante, menos hedionda y con mayor capacidad de público. Desfilarían conjuntos folclóricos de huasos y chinas, cantando y bailando cuecas por suspuesto. Todos ataviados con sus mejores galas.


Creo que no es mala la idea, solo nos quedaría la titánica tarea de internacionalizarlo no más.

Cosas de machos

Se mira y no se toca, esa es la premisa con la que se pasea por estos días la famosa copa de los campeones mundiales de fútbol. Debe ser difícil aguantar la tentación de estirar la mano y tantear tan preciado y codiciado trofeo. ¿Que pasa si alguien transgrede la norma?, vendrán las penas del infierno supongo.

Viaja instalada en avión propio, tal cual si fuera un jefe de estado. Se alojará en la mejor suite de un hotel, viene y se pasea con un séquito de guardias dispuestos a inmolarse por ella, ¿será la mística de la responsabilidad involucrada por el valor intrínseco? Vayas papales contendrán a la acalorada masa de fanáticos. Se vendieron todas la entradas de la estación Mapocho: más de doce mil personas pagaron por entrar y verla dentro de su cajita de cristal. A lo sumo, si es que sucede un milagro, acercarse y posar, para una mítica foto, parado al lado de ella; se mira y no se toca.

Imposible no pensar en que toda la parafernalia asociada a la famosa copa no sea propio de un relato de realismo mágico. En todo el mundo es igual y no tiene que ver con que sea de oro y valga mucho dinero. Es una especie de ídolo, inmóvil, inanimado, mudo, brillante, que todos los machos bien machos, del mundo occidental quieren sentir suya, ya sea jugando para ganársela o apoyando a quienes patean la pelotita. Es el sueño que todos traen desde niños: ser campeones del mundo

Pero como los chilenos no somos tontos, ya tenemos una copia disponible para fotografiarse con ella abrazándola y dándole un efusivo beso. La foto respectiva será publicada en Facebook y los amigos futboleros del fotografiado envidiaran su suerte.
Así que ya saben, si andan por Valparaíso, vayan a encontrarse con ella y viva el sucedáneo de la sensación más parecida a estar al lado de la verdadera.
(Foto diario La Nación)