viernes, 12 de febrero de 2010

La barrera de mis pudores

Acabo de terminar de La Barrera del Pudor de Pablo Simonetti.

Me gusta Simonetti; me parece un tipo mateo, muy bien documentado.Es capaz de generar esa sensación de intimidad y cercanía con algunos de los personajes, que por lo demás son siempre ABC1 (sin resentemientos).

En La Barrera del Pudor aborda el quiebre matrimonial de una pareja, a causa de la apatía sexual de parte del marido Aquí es la mujer la que necesita, quiere y exige abiertamente una vida sexual plena. Cosa que no todas las mujeres hacemos, por la razón que sea.
Sale Amelia, la protagonista, a buscar alternativas de ayuda, ajenas a la relación, intentando recuperar, a cualquier precio, lo perdido.

Es de rápida lectura, a pesar que a ratos se pone árido en cuanto a descripciones de jardines, flores, técnicas de riego, floraciones según la estación de año y otras yerbas; dado que la protagonista es paisajista. Debo reconocer que me salté algunos de estos párrafos; reconozco eso si, que en este caso Simonetti estudió mucho el asunto de la jardinería porque son descripciones muy contundentes y a ratos muy melancólicas. Un poco latosas para mi.

El relato es en primera persona, hecho por la protagonista. Me llama la atención la facilidad con que construye este personaje femenino, conoce bien como funciona la mente de una mujer, siempre buscándole la quinta pata al gato. Buen punto. Me sorprendió que Amelia no se rie, al menos no que yo me diera cuenta. Siempre es muy seria.

Simonetti, siempre tan elegante para escribir, tiene en esta novela algunas salidas sin nada de sutileza, al pan pan y al vino, vino; que para muchos pueden pasar inadvertidas. Forman parte del relato, están bien incorporadas, alguien podría decir que por ellas se trata de una novela de corte más "hot". Para mi no lo fue, en todo caso. Pero si, esas frases superan la barrera de mi pudor, tanto como para no pasárselo a mi santa madre y pedirle que lo lea como hacemos siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario