lunes, 8 de marzo de 2010

Vamos improvisando

Hasta que nos llegó la hora. La naturaleza nos avisó una vez más que con ella no se juega, y que al final siempre termina imponiéndose.

Nos tocó vivir una pesadilla espantosa: un megaterremoto y tsunami. El resultado obvio, desastre y desolación generalizado. El terror instalado en la población quien sabe por cuántos años.

Lamentablemente significó además darnos cuenta en la precariedad en que vivimos, y eso que creemos estar a las puertas de ser país desarrollado. Bueno, ahora sabemos que solo es un ataque permanente de chovinismo.

Quedó en evidencia la cerencia total y absoluta de planes de contingencia para catastrofes por parte del gobierno, la Presidenta partió a la Onemi y los Ministros a La Moneda. CNN dio alarma de tsunami pasados 12 minutos del terremoto y acá eran las cinco de la mañana y se decía que no había riesgo de maremoto.

La columna vertebral de nuestro país, la ruta 5, quedó interrumpida en varias partes, dejando a todos prácticamente incomunidados por la vía terrestre. Con los desvíos alternativos los viajes al sur tardan el doble de su tiempo, considerando que gran parte de la ayuda va en camiones, ya sabemos qué esperar.

Por otra parte, como era obvio, la telefonía celular y fija muerta. Aún así, Chile no cuenta con un stock adecuando de teléfonos satelitales, Hilary Clinton que iba pasando por el barrio (estaba de visita oficial en Uruguay) , dejó alrededor de 30 que andaba trayendo.

Y que hay de los hospitales de campaña?..qué hace un país tan extenso en longitud con solo tres?

Después, para agravar el desastre saqueos, pillaje y vandalismo en ciudades del sur. Alcaldes pidiendo al gobierno ayuda militar, y las autoridades seguían pensando. Cuando Concepción estaba prácticamente saqueado y poco menos que en llamas, recién ahí se decretó estado de emergencia. Como será que hasta Vasily Carrillo, ex miembro del FPMR, ahora concejal por Lota y dijo: "el gobierno demoró demasiado en enviar militares a la calle".

El gente vivía el miedo triplicado: terremoto, tsunami y que le vinieran a saquear lo poco que tenía.

La Fuerza Aérea tenía aviones y pilotos dispuestos a volar a partir de las seis de la mañana y nadie los llamó.

Hay localidades en el sur donde todavía no aparece ninguna autoridad, ni siquiera los concejales.

Y así, hay muchos más ejemplos.

Queda claro la falta de planes de contingencia, la nula logística, la escasa coordinación entre autoridades y organismos idóneos. El miedo a sacar militares a la calle, como si no hubieran pasado veinte años y la democracia no estuviera fuertemente instalada.

Hay cosas en las que se puede improvisar y es bien visto. Si sale mal no importa, pero en la urgencia y emergencia no se puede permitir. Cuando hay vidas en riesgo, cuando medio país está en el suelo, suena ridículo.

Los organismos competentes deben tener planes permanentes de reacción inmediata y posterior, se debe garantizar vías de comunicaciones alternativas; las que la tecnología permita. Las autoridades deben estar coordinados para saber qué rumbo tomar.

Debemos dejar de ser erráticos, en estos casos la improvisación no sirve, porque hay que reconstruir carreteras, puentes, colegios, hospitales, oficinas públicas, recuperar el patrimonio cultural dañado, y 500.000 viviendas.

(Fotos emol.com)

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