martes, 23 de marzo de 2010

Llegó la hora

Tan acostumbrados estamos a ver en los medios de comunicación distintas versiones de niños tipo Cizarro, que con diez años tiene un nutrido prontuario policial, o como el Bryan, que a los quince ya tiene a su haber dos asesinatos, el primero cometido a los 13; que cuando aparece un niño normal, común y corriente quedamos impactados.

Fue lo que nos sucedió a buena parte de los chilenos con Víctor Diaz, el famoso Zafrada. Oriundo de un un diminuto pueblo, Iloca, hijo de una modesta familia de pescadores, saltó a la fama desde la plataforma que el tanto dudó: internet.
Con sus modales, razonamiento y modo de hablar impactó y encantó a todos. Difícil no conmoverse.

Sin quererlo se transformó en un fenómeno mediático que se ha paseado por distintos programas de televisión: primer plano, buenos días a todos, quién sabe más que un niño de quinto básico. Lo visitó el presidente, lo apadrinó un diario, tiene varios grupos de apoyo en facebook y en muchos lugares se armaron caravanas, tipo paseos, con la buena intención de llevar ayuda y además visitarlo.

Todo esto no tendría nada de particular si no fuera por la transformación que ha tenido el sentimiento hacia él. De ser un niño lindo, con el tiempo se fue transformando en una especie de artículo vendedor, el paseo por los programas de televisión no tiene más fin que subir el rating. Ojalá los conductores le saquen una nueva frase que pegue, que lloré, o que diga algo gracioso. Y quienes organizan caravanas de visita se mueren sacarse una foto con él, tal si fuera un nuevo animalito en el zoológico.

Los niños son seres angelicales que están indefensos ante la manipulación y egoismo que puedan ejercer sombre ellos los adultos. Aún más, él que es un niño alejado de las grandes ciudades. Me parece que estamos explotándolo tan solo por ser lo que es: un niño.
El trato que se le está dando me parece injusto, es la anulación de su dignidad. Creo que ha llegado la hora de dejarlo tranquilo,no digo que dejar de ayudar, pero ya está bueno de buscarlo para hacer noticia, no se lo merece.

Tampoco se lo merecen tantos miles de niños que están en la misma situación que él, porque su historia está mil de veces repetida en otros pueblos, localidades, ciudades, caseríos y lo que sea. Hay muchos otros niños que necesitan una casa, colegio, ropa, "zafradas", comida, diversión y por sobretodo cariño y contención. Si centramos la atención solo en uno, estamos siendo doblemente injustos; con él y los demás.

Estoy casi segura que Víctor Díaz y su familia, como la de muchos otros niños; lo único que quieren es olvidar pronto la pesadilla y retormar su vida normalmente.
Mientras tanto el resto, y por sobre todo los medios de comunicación deberían buscar con más imaginación y menos abuso otro tema de que hacer noticia.
Ynosotros, a no olvidar que los niños son así, que los otros, los que salen en los noticiarios son la excepción. Para comprobarlo basta dar una pequeña mirada a nuestro alrededor, y ver a nuestros hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario